Es la segunda vez que acudimos a contar allí. Si la primera convertimos la biblioteca en un mar repleto de personajes y aventuras, en esta segunda hemos llenado la Feria del Libro de animales y, como no, de zanahorias gigantes.
Niños y adultos llenaron el espacio y durante toda la sesión no se movió nadie, parecía que a los peques no les entraron ganas de hacer pis y a los adultos se les olvidó el cafecito que tenían planeado tomarse mientras la chiquillería escuchaba cuentos.
Cuando queráis llamar y seguimos contado.
¡¡¡Un fuerte abrazo!!!!